¿Comes siempre porque tienes hambre?
Tómate unos segundos para reflexionar sobre estas preguntas.
Curiosamente, muchos de los mejores momentos de nuestra vida suelen girar en torno a una mesa. Sin embargo, para algunas personas, esto puede convertirse en un dilema constante: hacer dietas milagrosas, cambiar de dieta continuamente o simplemente sentir culpa después de comer. Este ciclo genera ansiedad y una relación poco saludable con la comida.
Una solución a este problema puede ser aprender a comer conscientemente, lo que significa «hacerse amigo» de la comida y, en consecuencia, mejorar nuestra relación con ella.
¿Qué significa comer conscientemente?
El término «mindful eating» se traduce como comer con plena conciencia en el momento presente. Consiste en estar completamente presentes mientras comemos, siendo conscientes de los olores, sabores, texturas y sensaciones físicas que nos proporciona cada bocado. Como explica la Dra. Laura Enciso, psicóloga de SHA Wellness Clinic:
“Mindful eating implica estar en el aquí y el ahora, disfrutando plenamente de la experiencia de comer, desde el acto de ingerir los alimentos hasta las sensaciones y emociones asociadas al proceso”.
Estrés y relación con el peso
Existe una conexión directa entre el estrés y el aumento de peso. Cuando estamos estresados, nuestro cerebro activa mecanismos de compensación que nos llevan a buscar gratificaciones inmediatas, como comer alimentos ricos en azúcares o grasas, aunque esto solo calme temporalmente nuestra ansiedad.
Comer conscientemente nos permite no solo gestionar el estrés, sino también desarrollar una relación más positiva con los alimentos. Nos ayuda a entender qué comemos, cómo lo hacemos y cuándo es realmente necesario alimentarnos.
Orígenes del mindful eating
Esta práctica tiene sus raíces en el budismo zen, donde el acto de comer se convierte en una experiencia meditativa y relajante. Se trata de concentrarse en el poder de los alimentos, disfrutarlos plenamente y observar cómo nos hacen sentir.
En una sociedad donde todo ocurre con rapidez, a menudo comemos sin detenernos a pensar en lo que estamos ingiriendo ni en cómo lo hacemos. Esto no solo aumenta los niveles de ansiedad, sino que también puede llevarnos a comer más de lo que necesitamos, desconectándonos de nuestras señales internas de hambre y saciedad.
Comer más de lo necesario
¿Sabías que nuestro cerebro necesita unos 20 minutos para registrar que estamos saciados? Si comemos demasiado rápido, no damos tiempo a que estas señales se procesen, lo que puede llevarnos a comer en exceso.
Sin embargo, comer consciente no solo implica masticar lentamente. También significa estar en sintonía con nuestras emociones, pensamientos y patrones automáticos relacionados con la comida. Por ejemplo, cuando estamos aburridos, frustrados o cansados, podemos recurrir a la comida como una forma de canalizar nuestras emociones, buscando una recompensa que, en muchos casos, se asocia con alimentos poco saludables.
Esta desconexión entre lo que necesitamos realmente y lo que consumimos convierte el acto de comer en algo automático, ajeno a nuestra hambre real. Además, pone en juego nuestra capacidad de comprensión emocional y nuestra habilidad para escuchar a nuestro cuerpo.
Impacto emocional después de comer
Un estudio realizado por Langer, Warheit y Zimmerman indicó que el 44% de las personas se sentían con exceso de peso después de comer, y más del 45% se sentían culpables tras hacerlo.
Es importante recordar que nuestra mente puede influir significativamente en cómo percibimos nuestro cuerpo y nuestras elecciones alimentarias. Como dijo Astrid Alauda:
«No dejes que tu mente intimide a tu cuerpo haciéndole creer que debe cargar con todas tus preocupaciones».
Beneficios de la alimentación consciente
- Permite disfrutar plenamente de la experiencia de comer.
- Mejora nuestra relación con los alimentos y fomenta hábitos más saludables.
- Ayuda a prevenir conductas poco saludables, como los atracones.
- Facilita el control del peso y promueve una alimentación equilibrada.
¿Puede el mindful eating ser útil en nuestra vida diaria?
¡La respuesta es sí! Comer conscientemente nos ayuda a reflexionar sobre nuestra relación con la comida. En un mundo acelerado, muchas personas se ven atrapadas en ciclos poco saludables: ayunos intermitentes mal gestionados, dietas restrictivas, atracones o conductas compensatorias como el exceso de ejercicio tras comer en exceso.
Aunque no todas las personas presentan un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), estas actitudes reflejan un estilo de vida poco saludable que puede limitar nuestra calidad de vida.
¿Cómo reconocer el problema y pedir ayuda?
Nuestro día a día está lleno de obligaciones: trabajar, estudiar, cuidar de los hijos, hacer ejercicio, ser buenos amigos, hijos o parejas. Con tantas tareas, ¿cuánto tiempo dedicamos realmente a comer?
Reflexiona sobre tu rutina diaria: ¿comes deprisa? ¿Te distraes con el teléfono o la televisión mientras comes? Si te identificas con estas situaciones, es posible que necesites trabajar en tus hábitos alimenticios.
Aunque al principio puede parecer aburrido comer de forma consciente, a medida que descubras los beneficios de esta práctica, verás cómo mejora tu relación con la comida. Además, puede liberarte de la dependencia de dietas eternas que no funcionan. Si crees que necesitas ayuda, no dudes en buscar apoyo profesional.
Consejos para practicar el mindful eating
- Reconoce tus emociones antes de comer: Identifica si estás comiendo por hambre real o por algún motivo emocional.
- Dedica tiempo a comer: Evita realizar múltiples tareas mientras comes.
- Come sentado: Haz de la comida un momento especial y dedicado.
- Elimina distracciones: Apaga el teléfono y evita pantallas durante las comidas.
- Sirve porciones pequeñas: Un plato más pequeño puede ayudarte a controlar la cantidad de comida.
- Mastica bien: Intenta masticar cada bocado al menos 30 veces.
- Come despacio: Deja el tenedor entre bocados y disfruta del proceso.
- Presta atención a los sentidos: Observa la textura, el sabor, el aroma y el aspecto de los alimentos.
- Deja comida si estás satisfecho: No es necesario terminar todo el plato si ya te sientes lleno.
En resumen
Evitar distracciones y prestar atención plena a lo que comemos puede ayudarnos a reducir el consumo excesivo de alimentos y mejorar nuestra calidad de vida. La alimentación consciente no solo se trata de comer mejor, sino de transformar nuestra relación con la comida y, en consecuencia, con nosotros mismos.